Es importante saber que se da cuando la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias es demasiado alta. Sin embargo, hay varios factores por los cuales esta condición médica se presenta
1. Factores genéticos y hereditarios: Tener familiares cercanos con esta enfermedad genera una probabilidad más grande de desarrollarse.
2. Estilo de vida sedentario: La actividad física es fundamental para tener una vida sana. Hábitos que te generen sobrepeso, el consumo de tabaco y de alcohol, son unas de las principales actividades que contribuyen a la hipertensión.
3. Estrés: El estrés prolongado puede afectar el sistema nervioso y hormonal, lo que puede contribuir al aumento de la tensión arterial.
4. Problemas renales: Los riñones desempeñan un papel importante en la regulación de la presión arterial, y cualquier disfunción renal puede conducir a una hipertensión.
5. Algunos medicamentos: El uso de medicamentos como anticonceptivos o desinflamatorios pertenecientes al grupo de los AINES, tales como naproxeno, ibuprofeno y aspirinas, puede elevar la presión arterial.
A toda costa se debe regular esta condición. Si la presión se mantiene demasiado alta, hace que el corazón bombee con más fuerza y exceda su trabajo, ocasionando ataques cardiacos, accidente cerebrovascular, entre otras.
Bueno, ¿cómo la regulamos?
Primero que todo hay que hacer un compromiso con el estilo de vida que se quiere lograr. Comprender que la salud y el bienestar depende de cada persona. ¡Cambiemos el chip!
No necesitas ir al gimnasio si no te gusta, haz aeróbicos o sal a trotar y dale la vuelta a la manzana. No fumes y disminuye el alcohol, sin duda esto marcará la diferencia. No es necesario que gastes medio sueldo en un mercado, haz compras balanceadas y complementa tu dieta con suplementos que aporten a tu nutrición.
Recuerda que el estilo de vida que decidas para ti hoy, es el mismo que te va a acompañar en tu vejez.
